Reflexión sobre Trabajo, Precariedad, Deslaboralización y su relación con la Dignidad Humana

Hola a todos: 

El hombre nació para trabajar, como el ave para volar (Pío XI, 1931). El trabajo es un derecho y libertad, un deber social, a la vez que principio, valor y derecho constitucional (de carácter social, económico y cultural), estrechamente relacionado con la dignidad humana, y con otros derechos constitucionales (a la salud, la seguridad social, a la libertad de asociación, al mínimo vital, entre otros).

Como factor de producción de la riqueza, tiene una dimensión material y otra espiritual. La persona humana trabaja para satisfacer necesidades materiales (sustento para sí y para su núcleo familiar), pero también para satisfacer necesidades de desarrollo intelectual y espiritual. El hombre es sujeto y no instrumento del trabajo. A través del trabajo, la persona construye su proyecto de vida, con el cual se identifica y trasciende.

La persona que trabaja desea no solo la debida remuneración, sino también ser tomada en cuenta, en el proceso mismo de producción, como un verdadero sujeto de trabajo dotado de iniciativa propia, con la posibilidad de ser consciente de que está trabajando en algo propio. Siguiendo el ejemplo de Jesús, carpintero, el trabajo es más que un bien o actividad, es una dimensión fundamental de la naturaleza humana; el fundamento sobre el cual se forma la vida familiar, derecho natural y vocación de la persona (Juan Pablo II, 1981). La libertad humana hace posible que el trabajo se convierta en una ocasión de entrega a los demás, la manifestación más grande de la libertad personal (Pérez Prendes, 1993).

Existe un derecho al pleno empleo, el cual debe ser uno de los objetivos fundamentales de la sociedad (ODS 8: promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos). Trabajo decente (como meta que ha de lograrse progresivamente) significa oportunidades para todos de conseguir un trabajo que sea productivo y proporcione unos ingresos dignos, seguridad en el lugar de trabajo y protección social para las familias, así como mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social (Organización de las Naciones Unidas - ONU, s.f.).

Siguiendo el reto del fin del trabajo como tradicionalmente lo conocemos, y el surgimiento del trabajador del conocimiento (Rifkin, 1995), está claro que la automatización y la innovación son dos fuerzas que determinan el mercado laboral. Con la automatización, el empleo disminuye en algunos sectores como resultado del progreso tecnológico. Con la innovación, se crean nuevas habilidades, empleos y sectores. La tecnología y plataformas digitales están cambiando los procesos de producción, las trayectorias de crecimiento de las empresas y la manera como éstas ingresas al mercado, con implicaciones en la creación de empleo. Un robot puede realizar habilidades manuales rutinarias, pero tiene grandes dificultades para el pensamiento crítico, trabajo en equipo y adaptabilidad, pues la demanda de habilidades cambia con extrema rapidez (Cunningham, y otros, 2021).

La precariedad laboral (situación en la que se encuentran los trabajadores que tienen contratos inestables o sufren violaciones de sus derechos laborales) (Grupo Ático34, s.f.), es un fenómeno multidimensional (precariedad en el empleo y precariedad en el trabajo) que genera desigualdad y exclusión social (Castillo Fernández, 2022), caracterizado por: la inestabilidad en el empleo, la vulnerabilidad, los menores ingresos, y la menor accesibilidad de la población afectada a prestaciones y beneficios sociales (Organización Internacional del Trabajo - OIT, 2012). Se manifiesta a través de la temporalidad, vulnerabilidad, insuficiencia laboral, desprotección laboral resultado de la reducción de prestaciones laborales y protección social (Ruiz Alarcón, Márquez Martínez, & Martínez Martínez, 2019), así como la subcontratación en cadena (tercerización o triangulación), las relaciones de trabajo encubiertas (falsos autónomos y otros), la economía sumergida, y la informalidad (incluyendo a los trabajadores migrantes) (Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud - ISTAS, s.f.).

La globalización conlleva la flexibilización laboral y con ella, la pérdida de estabilidad laboral y de calidad en el empleo. La flexibilización laboral, si bien es una salida a las empresas para ser más competitivas y viables económicamente (a partir de la globalización de la economía), también se convierte en una frustración para los trabajadores que anhelan acceso al empleo, estabilidad laboral y mejores beneficios laborales y sociales (trabajo decente) (Gómez Vélez, 2014).



Hasta una nueva oportunidad, 


Camilo García Sarmiento

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