Problemas comunes en las organizaciones (1): Planes y estrategias de mercadeo

Publicado por Camilo García Sarmiento

Hola a todos:

En ésta y siguientes publicaciones, voy a abordar tres (3) problemas que encontramos de frecuente ocurrencia en muchas empresas, especialmente en el sector PYME.

Problema 1: Ausencia, insuficiencia o inadecuación en la formulación e implementación de planes y estrategias de mercadeo para la organización (Área: actividades básicas de gestión).

 

El mercadeo, mercadotécnica o marketing, ha sido definido por la Asociación Americana de Marketing (AMA) como la actividad, conjunto de instituciones y procesos para crear, comunicar, entregar, y el intercambio de ofertas que tienen valor para los clientes, socios y la sociedad en general (AMA, 2017).

 

El mercadeo es una acción que se desarrolla en un medio social, entre personas o entidades con un fin económico y administrativo, donde ambas partes, mediante un intercambio de intereses, obtienen lo que quieren. Es el primer pensamiento que debe tener una persona a la hora de crear una empresa y organizar sus funciones; pues el mercadeo es un conjunto de técnicas que permiten a las empresas o instituciones la adquisición, creación, producción, distribución, promoción y ventas de ideas comerciales, productos sean bienes o servicios de manera que logren satisfacer los objetivos de ganancias (Raffino, 2020).

 

El marketing exige la formulación de estrategias o plan a seguir para hacer que una empresa alcance sus objetivos de venta, basándose en un análisis de lo que quiere el cliente, para así conseguir adelantarse a sus necesidades (McCarthy, citado por Vergara, 2015 y por Ruffino, 2020).

 

El marketing es una especie de batalla, donde los rivales -empresas del mismo rubro- compiten entre ellos analizándose entre sí, visualizando sus debilidades y fortalezas, con el fin de buscar la mejor manera de ataque y una excelente defensa, donde el premio serán los clientes (Ries & Trout, citado por Vergara, 2015 y por Ruffino, 2020).

 

La estructura de un plan de marketing se organiza alrededor de la mezcla de mercadeo (marketing mix), representada clásicamente como las 4P, a saber, Producto, Precio, Plaza, Promoción; siendo:

 

·         Producto: un conjunto de atributos (características, funciones, beneficios y usos) capaces de intercambiar o usar, usualmente una mezcla de formas tangibles e intangibles. Un producto puede ser una idea, una entidad física (un bien tangible), o un servicio, o cualquier combinación de los tres anteriores. El producto existe para el propósito del intercambio con miras a la satisfacción de objetivos individuales u organizacionales. Aun cuando el término “productos y servicios” se usa ocasionalmente, producto es un término que engloba tanto a productos como a servicios.

 

·         Precio: la ratio formal que indica la cantidad de dinero, bienes o servicios requeridos para adquirir una cuantidad prefijada de bienes o servicios. En otras palabras, es la cantidad que un consumidor debe pagar para adquirir un producto.

 

·         Plaza (o Distribución): la actividad de mercadear o hacer llegar los productos a los consumidores. Se utiliza también para describir la extensión de la cobertura de mercadeo para un producto específico.

 

·         Promoción: de acuerdo con la Asociación Nacional de Anunciantes (ANA), el mercadeo de promoción incluye tácticas que promuevan la compra a corto plazo, influencien la prueba y cantidad de adquisiciones de los productos, y que sean mensurables en volumen, audiencia y beneficio (AMA, 2017).

 

El marketing logra sus objetivos a través de la satisfacción de los clientes finales, quien es su razón de ser. Va más allá del puro hecho de vender, pues se trata más de integrar y coordinar esfuerzos para la satisfacción del cliente (Guzmán, s.f.).

 

En este orden, el mercadeo es un proceso social y administrativo, expresado por un conjunto de actividades integradas de la empresa, todas dirigidas hacia la satisfacción de las necesidades de los clientes con un margen de utilidad (Bed, citado por Peralta, s.f.). La clave de esta concepción (ejemplificada por la definición actualizada de la AMA, 2017) es la palabra “intercambio” (el acto de obtener un producto deseado de otra persona), un proceso de doble sentido que es la esencia de la satisfacción conjunta, un intercambio de experiencias que aporten valor y satisfacción para todas las partes como resultado de la oferta del producto y su aceptación.

 

Actualmente, el proceso de pensamiento del marketing se desarrolla de la mano del modelo de negocio. De esta manera, se puede visualizar el entorno empresarial con mayor precisión y establecer estrategias de marketing integrales y efectivas. Esto, por cuanto se trata de un proceso que consiste en la articulación y dirección de acciones estratégicas con el fin de crear un producto absolutamente vendible (es decir, que sea necesario y que posea valor), esto incluye generar una comunicación efectiva entre consumidor y empresa, manejando las relaciones, obteniendo finalmente una entidad con beneficios y clientes satisfechos (Ruffino, 2020).

 

Así las cosas, cuando una empresa no diseña, desarrolla y ejecuta un plan de marketing expreso, concreto y adecuado, se está actuando de manera reactiva, exponiéndose al fracaso, sin un norte prefijado que permita planificar un futuro deseable de crecimiento sostenible. En otras palabras, sin un plan de mercadeo se está vendiendo por vender, perdiéndose oportunidades que ni siquiera se identifican, y desperdiciándose recursos valiosos para la organización (Root, 2018).

 

La no realización de un plan de marketing es tal vez el error principal de las PYMEs, e incluso de empresas maduras que se ven enfrentadas a problemas derivados de la mala gestión (o la presente crisis económica). Las empresas deciden prescindir de esta herramienta bien por falta de tiempo, por pensar que tiene un coste elevado o simplemente por desconocimiento.

 

Un plan de marketing es un documento escrito esencial para aquellas empresas que quieren hacer rentable la comercialización de sus productos o servicios, y nos da una visión concreta de lo que realmente queremos hacer, cómo lo queremos hacer y en qué plazo lo queremos hacer. Determina y asigna los recursos y medios necesarios para alcanzar los objetivos, y es el referente único para establecer si lo estamos logrando. Nos alerta de las debilidades internas y de las amenazas del entorno, así como de nuestras fortalezas y las oportunidades que nos brinda el mercado. Nos indica hacia dónde nos debemos mover y genera eficacia, eficiencia y efectividad, pues se dirige por objetivos y reparto de responsabilidades y plazos para las áreas por tareas, permitiéndonos evitar desviaciones, detectando errores y reduciendo costes.

 

Al contrario, no disponer de un plan de mercadeo puede generar una serie de problemas que llevarían nuestra idea de negocio al fracaso; utilizar los recursos disponibles de forma errónea nos puede llevar a un aumento de los costos. Sin un plan, la gestión de la empresa se dirige por impulsos (válidos, pero insuficientes), y no se está preparado para los problemas; ajustándonos a una realidad poco objetiva del mercado, lo cual conlleva en últimas a un resultado desastroso.

 

En este orden, se dice que el alto porcentaje de fracaso de las PYMEs se debe a una mala planificación y una posterior gestión empresarial, frente lo cual prescindir de un plan de marketing es sinónimo de fracaso.

 

Así, aquellos emprendedores que piensen de forma estratégica, sin lugar a dudas, tendrán más orientación al éxito. Recordándose que voluntariamente o no, de forman directa o indirecta, todas las empresas hacen marketing, por lo cual es esencial hacerlo de manera definida, ordenada y estructurada, con el fin de no dejar cabos sueltos y posibles errores, para lo cual el plan de marketing resulta siendo el eje fundamental para lograr el cumplimiento de los objetivos (Mglobal, 2015).

 

El plan de marketing sirve para ubicar a nuestra empresa dentro de las actividades de su sector y ponerla en relación con su contexto, de manera que podamos planificar la actividad a llevar a cabo durante un periodo de tiempo concreto, según las características del mercado y las previsiones para el sector. Sin este plan, la actividad de la empresa puede verse seriamente comprometida por falta de previsión y de planes de actuación que nos ayuden a saber qué decisión es más inteligente tomar en cada situación, según la demanda del mercado y las acciones que deseemos desarrollar con la empresa durante el año previsto.

 

Recuérdese, todas las empresas cuentan con planes de marketing, así sea mentalmente, pero pocas PYMEs se detienen a redactarlo y comunicarlo a los interesados, para que todo el equipo trabaje de forma uniforme, coordinada y comprometida en cuanto a los objetivos a cumplir.

 

Tiene como premisas el conocimiento del estado del negocio, de sus puntos fuertes y como potenciarlos, de sus puntos débiles y cómo eliminarlos, del presupuesto disponible para el plan de mercadeo, así como de cómo se va a organizar el trabajo en favor del empresario, con un listado de prioridades; comprendiendo para ello, las siguientes etapas:

 

·         Análisis de la situación interna de la empresa; y análisis de la situación del mercado en el que se inserta nuestro negocio: En este análisis se realiza una revisión profunda de los aspectos relevantes del micro y macro entorno que afecta a la organización en general y a sus productos en particular, se sustenta en datos y hechos verificables.

 

·         Diagnóstico de la situación, con el resumen de las fortalezas, debilidades, así como las oportunidades y amenazas que rodean la actividad de nuestra empresa, con lo cual se construye una matriz de opciones estratégicas (Análisis DOFA).

 

·         Establecimiento de objetivos de marketing, de los cuales dependen las estrategias, tácticas y planes de acción.

 

·         Elaboración del plan de acción, el cual se consolida finalmente en un cronograma de actividades, donde se costea cada acción para poder construir el presupuesto y el estado de resultados asociado al plan; con un sistema de control y evaluación que permita hacer los ajustes necesarios al plan cuando las circunstancias lo exijan, incluyendo incluso la formulación de planes de contingencia.

 

En síntesis, la empresa debe establecer unos objetivos generales antes de realizar el plan de negocio, realizando su plan de marketing pasando por una fase de análisis y construcción del DOFA, para llegar a objetivos reales y razonables. Objetivos divididos en cuantitativos y cualitativos, marcando las acciones y estrategias a llevar a cabo sobre las 4P del marketing mix. A lo cual se agrega:

 

·         Con un plan de marketing se obtiene la información necesaria para determinar las necesidades de nuestros clientes y desarrollar un producto o servicio en consonancia con su demanda. Asimismo, se conocerá el modo más efectivo de publicitar la marca y empresa, así como determinar los mecanismos para llegar y atraer a los posibles clientes.

 

·         El plan de marketing permite mostrar una imagen unitaria de nuestro negocio, simple, personal y sincera, fomentando la comunicación a través de nuestras acciones en los distintos canales de comunicación dispuestos por la empresa para conocer mejor y llegar a su audiencia objetivo.

 

·         A nivel interno, el plan de marketing nos compromete con nosotros mismos, para ser fieles a nuestra idea y objetivos de negocio, haciéndonos conscientes de las metas que queremos alcanzar, de manera realista y consciente, al tiempo que nos sirve de colchón de seguridad ante la incertidumbre de la improvisación.

 

Si al final del plan no conseguimos lograr los objetivos, debemos revisar el documento, o elaborar uno nuevo que nos ayude a lograr el crecimiento (Fernández, 2014 – 2015).

 

Para muchas empresas, sus resultados actuales se deben a la ausencia de un plan expreso y estructurado de mercadeo. Solucionar esa situación implica incluir conceptos como:

 

·         Marketing social y ambientalmente sostenible (la compañía debe ofrecer valor a los clientes de una manera que mejore su bienestar y el de la sociedad),

 

·         Estrategias Below the Line (que emplea canales de comunicación no masivos, dirigidos, segmentados, exclusivos e integrados, con la finalidad de generar un impulso de compra, con programas de corto plazo y resultados cuantificables y medibles),

 

·         Marketing B2C (Business to Consumer: un tipo de comunicación publicitaria a través de la cual una empresa pretende comunicar sus mensajes y vender sus productos de manera directa al usuario o consumidor final) (Rattlinger, 2018).

 

·         Marketing de recomendación o indicación: usado por las empresas para atraer clientes a través de sus clientes actuales. La idea es hacer que las personas que les gusta un producto lo recomienden a sus conocidos con el fin de lograr una influencia sobre la decisión de compra.

 

·         Marketing online y offline: contrario al offline, el mercadeo online comprende todas las acciones que se desarrollan por Internet.

 

·         Marketing de nichos y segmentos: los nichos son un grupo específico de personas para quienes, con base en sus características de perfil e intereses similares, el mercadeo desarrolla estrategias específicas para resolver sus problemas. A diferencia de los nichos, los segmentos cubren un grupo de personas menos específico, pero que igualmente tienen un perfil o interés similar (Rockcontent, 2018 – 2020). En el caso de servicios de bufetes jurídicos: emprendedores, artistas o inventores, pensionados, etc.

 

De manera general, el mapa mental correspondiente al problema aquí esbozado es el siguiente:


Y el planteamiento general de la solución al precitado problema es el siguiente:

 

En la siguiente publicación, abordaré otro problema estrechamente relacionado con el anterior (curiosamente, la estructura de los mapas mentales arriba presentados es casi idéntica): planeación y despliegue estratégico.

Mil Saludos a todos


Camilo García Sarmiento


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