Motivación personal en el ámbito laboral (Parte 2): Ikegai y la teoría de las necesidades humanas (Max - Neef)
Bienvenidos a la segunda entrega de este post sobre motivación laboral. En mi publicación anterior, me referí a la popular teoría de la pirámide de Maslow y sobre el concepto del contrato psicológico. Hoy voy a abordar las limitaciones que tiene la antedicha teoría, y cómo superarlas mediante dos ejemplos: 1) la teoría de las necesidades humanas de Max - Neef (la cual a mi criterio, complementa bastante bien, en términos humanistas, la acertada idea que subyace en Maslow), y 2) La noción de Ikegai, traída de la filosofía japonesa, que ofrece un enfoque supremamente novedoso.
Sin más preámbulo, comencemos:
La teoría de las necesidades humanas fundamentales (Manfred Max - Neef)
Sin negar la transaccionalidad evidente de la relación empleador = trabajador (capital = trabajo), haciendo eco del enfoque humanista de Maslow, pueden acudirse en lo pertinente a otras metodologías para entender, al menos, la complejidad de las motivaciones del talento humano.
Una teoría cuya utilidad ha sido reconocida, es la de las necesidades humanas fundamentales, de Manfred Max – Neef, Antonio Elizalde y Martin Hopenhayn, que parte de tres postulados fundamentales: a) “El desarrollo se refiere a las personas y no a los objetos”, b) “Las necesidades humanas son finitas, pocas y clasificables”; c) “Las necesidades humanas son las mismas a través de todas las culturas y en todos los períodos históricos, lo que cambia, a través del tiempo y de las culturas, es la manera o los medios utilizados para la satisfacción de las necesidades.”
Con esta teoría, además de los postulados arriba enunciados, se destaca la idea de reformular el concepto de pobreza, sugiriendo hablar más bien de “pobrezas” en distintas dimensiones (de subsistencia, por insuficiencia de alimentación o abrigo; de protección, por el sistema de salud, cuidado, o seguridad social; de afecto, por opresión, violencia intrafamiliar o medio ambiente; de entendimiento, por aspectos educativos, y así sucesivamente).
Max – Neef clasifica las necesidades humanas, según categorías existenciales de ser, tener, hacer y estar, pudiéndose construir la siguiente matriz:
Necesidad
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Ser (características)
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Tener (herramientas)
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Hacer (acciones)
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Subsistencia
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Salud física y mental
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Alimentación,vivienda, trabajo
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Comer, vestir, descansar, trabajar
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Entorno, encuadre social
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Protección
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Cuidado, adaptabilidad, autonomía
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Seguridad social, sistema de salud, trabajo
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cooperar, planificar, cuidar de, ayudar
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Entorno social, habitación
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Afecto
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Respeto, sentido del humor, generosidad, sensualidad
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Amistades, familia, relaciones con la naturaleza
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Compartir, cuidar de, hacer el amor, expresar emociones
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Intimidad, espacios íntimos
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Entendimiento
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Capacidad crítica, curiosidad, intuición
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Literatura, profesores, políticas, educación
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Analizar, estudiar, meditar, investigar,
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Escuelas, familias, universidades, comunidades,
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Participación
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Receptividad, dedicación, sentido del humor
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Responsabilidades, deberes, trabajo, derechos
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Cooperar, disentir, expresar opiniones
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Asociaciones, partidos, iglesias, barrios
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Ocio
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Imaginación, tranquilidad, espontaneidad
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Juegos, fiestas, paz mental
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Soñar despierto, recordar, relajarse, divertirse
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Paisajes, espacios íntimos, sitios para estar solo
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Creación
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Imaginación, audacia, inventiva, curiosidad
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Capacidades, habilidades, trabajo, técnicas
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Inventar, construir, diseñar, trabajar, componer, interpretar
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Espacios para la expresión, talleres, audiencias
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Identidad
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Sentido de pertenencia, autoestima, consistencia
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Lengua, religiones, trabajo, costumbres,valores, normas
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Conocerse a uno mismo, crecer, comprometerse
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Lugares de los que uno se siente parte, lugares habituales
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Libertad
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Autonomía, pasión, autoestima, mente abierta
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Igualdad de derechos
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Disentir, escoger, arriesgarse, concienciarse
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Cualquier lugar
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Diferenciando además distintos tipos de satisfactores, que pueden contribuir simultáneamente a la satisfacción de diversas necesidades, o requerir de diversos satisfactores para contribuir a ella (por ej., cuando una madre le da pecho a su bebé, contribuye con ese acto a que la criatura reciba satisfacción simultánea para sus necesidades de subsistencia, protección, afecto e identidad, lo cual no sucedería si el bebé es alimentado de manera más mecánica). Todo ello, dentro de un enfoque sobre las formas de dependencia económica, financiera, tecnológica y cultural de los países en desarrollo en relación con los más desarrollados, generándose y reforzándose procesos de dominación, inhibiendo un desarrollo hacia la auto dependencia y la satisfacción de las necesidades.
Para Max – Neef, lo culturalmente determinado no son las necesidades humanas fundamentales, sino los satisfactores de esas necesidades (esto es, la manera o los medios utilizados para satisfacer dichas necesidades): el cambio cultural es resultado así de abandonar satisfactores tradicionales para reemplazarlos por otros nuevos y diferentes. En otras palabras, las necesidades humanas fundamentales de un individuo en una sociedad consumista son las mismas del que pertenece a una sociedad ascética. Lo que cambia es la cantidad y calidad de los satisfactores elegidos, así como las posibilidades de tener acceso a los satisfactores requeridos (Decrecimiento, 2007).
El Ikegai, ¿una nueva manera de entender la motivación personal?
El Ikegai, ¿una nueva manera de entender la motivación personal?
A riesgo de parecer una "moda", recomiendo a todos a abordar el concepto de ikigai, término japonés que significa “la razón de vivir” o “la razón de ser”. En la cultura japonesa, todo el mundo tiene un ikigai, que se concibe como “una razón para levantarse por la mañana” (es decir, una razón para disfrutar de la vida), y encontrarlo requiere de una búsqueda en uno mismo, profunda y a menudo prolongada, creyéndose que el descubrimiento del propio ikigai trae satisfacción y sentido a la vida (punto que se identifica con la necesidad de autorrealización o trascendencia de Maslow):
En el ikigai confluyen varios conceptos. La idea es dar respuesta a estas cuestiones: lo que uno ama (misión), para lo que se es bueno (pasión), lo que el mundo necesita (vocación), y por lo que se le puede pagar (profesión). En el centro (el balance) de estos círculos interconectados está el ikigai, tal como lo ejemplifica el gráfico anterior.
Nótese que el ikigai no está ligado necesariamente a la situación económica personal, o al estado actual de la sociedad (incluso si una persona siente que su presente es sombrío, pero tiene un objetivo claro en mente, puede sentir el ikigai). Los comportamientos que nos hacen sentir el ikigai no son acciones que nos vemos obligados a llevar a cabo, sino acciones naturales y espontáneas, que permitan que las posibilidades de uno mismo florezcan, sobre la base de una madurez personal, de la satisfacción de diversos deseos, del amor y de la felicidad, del encuentro con los demás y de la adquisición de un sentido del valor de la vida, que permita avanzar hacia la autorrealización (Mattews, 1996).
En el contexto organizacional actual, tenemos que con el envejecimiento de la población, las personas saben que cada vez van a disfrutar de más años después de jubilarse (si logran hacerlo). Además, con el deterioro de la economía, los trabajos de por vida y los beneficios laborales se deterioran cada vez más. Eso hace que las personas tengan que replantearse su realmente su ikigai es la dedicación al trabajo o al hogar, o si eso no es más bien una obligación social, la aceptación de unos roles sociales autoimpuestos por unas condiciones sociales y económicas específicas del entorno moderno.
Nótese que cada uno de los elementos que confluyen en el ikigai (misión – vocación – profesión – pasión), contribuyen a la felicidad personal, todos los cuatro son cruciales para nuestra “razón para vivir”. Es decir, nuestra felicidad personal descansa en algo más que simplemente tener una carrera (vocación) y recibir una paga (profesión). De otra parte, la misión y la pasión no son suficientes para sostenernos financieramente si no sabemos cómo convertirlas en un trabajo remunerado. Así, muchas personas saben cuál es su pasión, pero asumen que no es una opción de carrera viable, o no saben cómo alcanzarla. Ahí, ¿Qué puede impedir que se encuentre el ikigai?
· La creencia (por ejemplo, por habérsele inculcado a temprana edad) de que no se puede hacer una carrera de su pasión.
· El no estar dispuesto a arriesgar la estabilidad en el trabajo actual para perseguir su pasión.
· Haberse involucrado demasiado en el día a día, perdiendo la visión de qué le hace feliz.
· Estar inseguro de que no se es lo suficientemente bueno para perseguir su pasión (Chatroop, 2017).
En todo caso, el ikigai está escondido en nuestro interior y requiere una exploración paciente para llegar a lo más profundo de nuestro ser y encontrarlo. Y ya que el trabajo debe ser entendido no como un fin en sí mismo, sino como un medio (de muchos) para encontrar la autorrealización, la clave de una buena política de motivación laboral es lograr que se encuentren el trabajo y la pasión, para que no se llene el tiempo libre de un sentimiento de inutilidad que conlleve a la depresión: elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida; como dice Confucio (García & Miralles, 2018).
Espero que ésta explicación haya sido útil para ustedes. Mil saludos a todos y nos veremos pronto.
En el evento de requerir asesoría al respecto para un caso específico, estoy disponible en mi sitio web enfasislegal.webnode.com.co o escribirme a mi email: enfasislegal@gmail.com
Referencias bibliográficas:
(2007, septiembre 25). Las necesidades humanas según Max Neef. Recuperado de: http://www.decrecimiento.info/2007/09/las-necesidades-humanas-segn-max-neef.html
Arana Mayorca, W. (2003, agosto 20). El contrato psicológico. Gestiópolis. Recuperado de: https://www.gestiopolis.com/contrato-psicologico/
Chatroop, L. (2017, mayo 2). Finding your ikigai: the key to workplace happiness. Good & Co. Recuperado de: https://good.co/blog/finding-your-ikigai/
García – Allen, J. (s.f.). Pirámide de Maslow: la jerarquía de las necesidades humanas. Psicología y mente. Recuperado de: https://psicologiaymente.com/psicologia/piramide-de-maslow
García, H., y Miralles, F. (2018, diciembre 22). Ikigai: el secreto japonés para vivir más y mejor. Cuerpomente. Recuperado de: https://www.cuerpomente.com/psicologia/desarrollo-personal/ikigai-secreto-japones-vivir-mas-mejor_1204
Mattews (1996). What makes life worth living? How Japanese and Americans make sense of their words. Los Angeles, EEUU: University of California Press.
Max – Neef, M. (1986). Desarrollo a escala humana. Una opción para el futuro. Londres, Gran Bretaña. CEPAUR.
Saldarriaga Restrepo, L. (2013, diciembre). El contrato psicológico en las organizaciones, un fenómeno real. Poiésis, 1 (26). Medellín, Colombia: Universidad Luis Amigó. Recuperado de: https://www.funlam.edu.co/revistas/index.php/poiesis/article/view/1018/906
Vega Rodríguez, B. (s.f.). ¿Qué es el contrato psicológico en un trabajo? Bekiapsicología. Recuperado de: https://www.bekiapsicologia.com/articulos/que-es-contrato-psicologico-trabajo/
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